martes, 9 de diciembre de 2014

Aquello por lo que la vida merece la pena. رقص

Mucha gente piensa que estar parada mola. Que es genial eso de no tener que ir a clase o al trabajo, pero lo cierto es que no mola nada. Todo lo contrario.
Te sientes como si hubieses fracasado como persona, como si hubieses fallado en la vida. Empiezas a plantearte por qué estás aquí, malgastando el día a día de forma involuntaria, cuál es tu cometido, por qué no está otro en tu lugar, alguien que hubiera sabido hacerlo mejor desde un principio. Pero no, eres tú la que está ocupando ese pequeño lugar en el universo, y que no sabe cómo hacer uso de su privilegio.
Puedo pasarme horas mirando a un punto fijo en la pared, y no sentir nada. Vacío. Como si el tiempo se hubiese detenido para mí, sólo que, para el resto del mundo, las agujas del reloj siguen cambiando de hora. Es... como ir en un tren sin saber el destino, y ver al resto de pasajeros con sus maletas y sus cascos del ipod, y ver cómo se van bajando en diferentes paradas mientras tú esperas la tuya. Sólo que no llega. Nunca llega. Y vuelves a preguntarte por qué. Por qué tú, qué hiciste mal, o qué no hiciste bien. Y la respuesta a tus preguntas tampoco llega.
Verte sumida en un círculo vicioso que gira y gira sin sentido es horrible, pero aún peor es verte sumida en un círculo vicioso y no poder hacer nada. Lo peor de una mala situación es no poder cambiarla. Y sí, hay otras cosas, cosas buenas que superan las malas, pero las malas ganan por dentro. Lo que no se ve es lo que más duele, dicen. Es solo que a veces me faltan fuerzas y me puede la amargura. Las voces reales desaparecen y sólo tengo oídos para aquellas que yacen en mi interior y que de vez en cuando despiertan de forma intensa y voraz, y me deboran dejándome débil y sumisa a ellas. A veces, sólo escucho música con la luz apagada, fingiendo que es de noche, y que todos están dormidos y en silencio, aunque en el fonde sepa que es mentira y que me estoy engañando a mí misma. Es para no sentirme viva, para esconderme del mundo y esconderme de mí. Para dormir esas voces interiores que tanto gritan y tanto molestan.
Y cuando me siento así, pienso en esas cosas buenas, pienso en aquello que me hace sentir especial, única a mi manera, aquello que hace que me olvide de todo y que además no sea en vano.
Por eso quiero tatuármelo en la piel. Quiero llevar conmigo aquello que me llevó consigo durante tanto tiempo. eso que me quitó cosas pero me brindó otras. Quiero llevarlo en la piel de por vida, y cuando me sienta así, podré mirarlo y recordar que tengo motivos por los que luchar, por los que no rendirme y por los que sentirme orgullosa. Para que no se me olvide quién soy.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Y que le jodan a las miradas de la gente.

Estoy completamente perdida, preguntándome a mí misma cuáles son mis metas, dónde estoy y dónde quiero ir . Y la verdad, no lo sé.
No sé qué quiero, y por mucho que cierre los ojos para imaginarme en un futuro, no veo nada claro.
Sólo veo obstáculos en mi camino que hacen que me plantee si son señales que me alertan de que estoy tomando la dirección equivocada, o son pruebas que se me presentan para ver de qué soy capaz con tal de no rendirme.
Ésta no es la vida que he elegido tener, y desde luego no es la que me gustaría tener en un futuro, y eso, por desgracia, muy poca gente lo entiende. Algunos simplemente se resignan a vivir condenados, como si no estuviese en sus manos cambiar su destino, en todo momento tenemos elección, aunque suene duro, aunque suene remoto y casi imposible, la tenemos. Es cierto que a veces, las circustancias nos hacen tomar decisiones que resultan equívocas, pero al fin y al cabo son decisiones propias. Puede que tengamos que elegir camino demasiado pronto, que no tengamos claro lo que queremos, porque joder, divina juventud alocada, pero es lo que creemos querer. Si en tu futuro te arrepientes, no hay vuelta a atrás, cierto, pero puedes cambiar a partir de ese momento.
Yo soy de esas que creía tenerlo todo claro. Ya sabes, sus metas, sus sueños, su futuro... y a pesar de ser una persona insegura en miles de aspectos, eso siempre lo supe, y ahora dudo. Joder, dudo, a estas alturas... y no sé si busco el camino fácil, o es que realmente las cosas no las tengo claras. No todo el mundo es capaz de saber qué quiere hacer con su vida, es una decisión que va a determinar la misma, por dios, con 17 años qué vamos a saber. Tendríais que ver las caras de los adolescentes asustados en selectividad, o el día que salían las notas. Se olía el miedo en el ambiente, y más de uno lloraba por dentro, y entre todos se miraban como diciendo " tranquilo, sé cómo te sientes, yo también estoy asustado". No sé si es pronto para decidir, pero ahora, que hacemos las cosas casi sin pensar, que somos el drama personificado, ahora... creo que este tipo de decisiones están de más.
Hoy por hoy estoy perdida, pero lo que más me molesta, no, molesta no... lo que más me duele es ver la mirada impasible de la gente cuando me mira, pensando "pobrecita, verás cómo va a acabar".
Que ahora no sepa nada, no significa que no vaya a salir a flote, ni mucho menos significa que vaya a acabar siendo una pobre infeliz, si en el fondo soy transparente, mis ojos hablan por mí, y está claro cuándo estoy feliz y cuándo quiero que la tierra me absorba como a una planta.
El otro día escuché el término "felicidad intermitente", y me pareció tan genial, que tenía que compartirlo. Ya sabéis, mis teorías de la felicidad a ratos por fin tienen un nombre.
La vida es felicidad intermitente a toda costa. Altibajos emocionales, cambios de planes, y cambios de decisiones. Sólo quiero decir que no os asustéis, que está bien tener miedo, pero que los miedos hay que enfrentarlos, que no puedes vivir en una burbuja por temor a fallar o a equivocarte, que si en ese momento quieres algo, consíguelo. Que siempre hay tiempo para cambiar.
Sea lo que sea , ve a por aquello que te haga feliz.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Diciembre Dulce

Tengo la certeza de que existe ese algo único e inexplicable, ese vínculo infinito con la vida que te lleva a lo más alto en cuestión de segundos. He aprendido a engañar aún sabiendo que soy engañada, a jugar al mismo juego, y a jugar mejor. He aprendido que la vida no te da lo que mereces, pero te pone pruebas para saber si lo mereces.  He aprendido que hay cosas que se nos presentan de forma inesperada y que sin ser el ombligo de nuestro día a día nos hacen felices y plenos. He aprendido a no rendirme. Diciembre dulce, bienvenido. Tengo muchas esperanzas puestas en ti, no me falles. No dejes que esta vez me de la ostia. Diciembre dulce de cumpleaños, de marcas en la piel de por vida, pero sobre todo diciembre de escenarios.  Posiblemente si me pregunten en qué lugar soy más feliz no sabría contestar de improvisto, pero ahora os puedo decir que soy feliz sobre un escenario. Desafiando al público con la mirada,  casi sin distinguir sus caras,  aun sabiendo que sus ojos están puestos sobre mí. Los nervios previos a salir a escena, los imprevistos que surgen en los camerinos, las lágrimas derramadas y el esfuerzo en los ensayos, reflejados en unos minutos de bendita gloria. Y los aplausos... Definitivamente bienvenido Diciembre y todas tus sorpresas.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

La media rozó el clavo, y no se quisieron separar nunca más.

Siempre tuve la mala costumbre de dejar que se me rompieran las medias; carreas, hilos que se escapan, agujeros inesperados... Siempre me dio pena tirarlas, y acabé formando una colección de roturas inacabada. Una vez que están rotas, no sirven. No quedan bonitas y en cualquier caso, es imposible coserlas sin hacer un destrozo mayor. Algunas medias son tan transparentes y finas que a veces cuesta diferenciar si alguien las lleva puestas. No llaman mucho la atención pero están ahí. Embellecen tu piel, te protejen del frío, pero son muy frágiles. No nos preocupamos si una media se enamora de un clavo y por temor a ser separados se abrazan tan fuerte, que la media acaba rompiéndose. O si se pelea con una cremallera y juegan al pilla-pilla, y la media acaba rompiéndose. En fin, una media rota, es un caso perdido.
Y a estas horas de la noche, os preguntaréis, qué hago hablando de medias, si me he cenado un tripi o quizá si el sueño me afecta. No sé, simbolismos, garabatos, metáforas...
Qué sensual es que te bajen las medias y te desabrochen uno a uno los botones de la blusa, mientras luchas con las cremalleras y desfilas en camas ajenas. Qué poético e idealizado está el sexo. Y el mundo. Nos hemos llevado hacia extremos inalcanzables, y claro, así todo nos parece insuficiente.
Nos fijamos metas que abandonamos a mitad de carrera, porque pasan otras cosas, o porque pasa la vida. Pero oye, me encanta el drama, lo poético, lo imposible, lo idealizado,  me encantan las ganas de más que me hacen seguir intentándolo. Ese gustito de insuficiencia no está mal, os lo recomiendo.
Madrid puede ser sólo Madrid, sí. Pero también puede ser la ciudad de las frases en la carretera, la de las puestas de sol en los tejados, la del cruce de historias y de caminos en cada semáforo. Tú puedes ser simplemente tú. O puedes ser esa persona que cambie el mundo a su manera, con un par  de medias rotas y usadas, con un par de medias recién compradas.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Amor a ratos.

Hoy me pregunto si es posible echar de menos algo que nunca he tenido.
Quizá sería mejor decir que lo anhelo. Sí, quiero eso. Quiero emociones de verdad, sentimientos nuevos. Me hace falta sorprenderme, una casualidad mágica, una fantasía real. Necesito sentir que la magia existe y que está en las personas. Que aún quedan románticos, poetas frustrados, almas perdidas y corazones rotos, pero no dolidos. Necesito comprobar que el amor no es un mito ni un cuento de niños, que existen rincones de Madrid esperando a ser descubiertos, y que de repente ocurra, de forma inesperada, un imprevisto casual, un capricho del destino.
Me encanta que me pasen cosas, y sé que eso es muy subjetivo, que abarca un campo extenso, pero en general me encanta que me pasen cosas (buenas).
A veces sólo me doy cuenta yo y quedan como secretos interiores que me hacen sonreír por dentro, otras veces los comparto si se tercia.
No sé, la gente siempre trata de explicar con palabras qué se siente al estar enamorado, algunos dicen que el amor es algo que se va construyendo, otros dicen que cuando lo estás lo sabes, pero yo, sinceramente no tengo ni idea. No me atrevería a decir que he estado enamorada porque no he sentido nunca algo tan intenso y profundo, tan incondicional. Yo siempre pongo pegas. Me las pongo a mí misma, a la situación, o simplemente no me aclaro. Yo puedo decir que he estado enamorada a ratos, eso sí. A veces ocurre que estas con una persona y en ese momento sientes que por nada del mundo querrías estar en otra parte, que pararías el tiempo en ese instante porque, justo ese momento es perfecto. Seguro que sabéis de lo que hablo. El amor a ratos es genial, aunque a veces no tanto. Yo siempre he acabado haciendo daño a la gente que quería, y por supuesto, hay muchas maneras de querer. Ya se sabe, lo del amor a ratos no todo el mundo lo entiende, y yo entiendo que no lo entiendan. Pero en general, no puedo decir que haya estado enamorada, día y noche, con pros y contras, eso no. He sentido, soy muy pasional, siento todo demasiado, dramatizo las situaciones, lo llevo todo al extremo, pero creo que mis teorías de los "a ratos" son geniales. Soy feliz a ratos, soy desdichada a ratos, amo a ratos, odio a ratos. Supongo que pienso que hay un sentimiento para cada momento y que no por ello deja de ser cierto. No dejéis de tomarme en serio por esto, o sí, la verdad, no sé qué deciros, la vida no está para tomarsela en serio, si no, menudo drama.
Puedo hablaros de los besos, hay muchos tipos de besos : piquitos, besos pasionales, besos de tornillo, besos fugaces, besos de despedida, besos de reencuentro, besos de despecho, besos de desesperación, besos sin amor, besos con amor... Desde mi experiencia, los besos con amor, ganan.
¿No créeis? Es una sensación tan increíble, mariposas, abejas, gusanos, llamadlo x, es una sensación alucinante.
También puedo hablaros de sexo, hay gran variedad: sexo "manual", sexo oral, sexo anal, sexo tántrico,sexo fugaz, sexo pasional, sexo sin amor, sexo con amor...
He tenido amor sin sexo, y sexo sin amor, y qué triste sería no probarlo todo junto, ¿verdad?
Puede que algunas cosas estén bien a secas. pero a veces echamos en falta ese algo que nos haga salir de la rutina, que nos haga sentir especiales, ilusionados. A mí me encanta ilusionarme. Si algo nuevo aparece en mi vida me ilusiono de tal manera que cuando deja de ser novedad, la ilusión la pierdo también y como consecuente me pierdo yo misma. No hay nada mejor que la ilusión del principiante.
Y vosotros, ¿qué buscáis? ¿qué queréis encontrar?

lunes, 10 de noviembre de 2014

Escribir o morir.

¿Por qué reprimirme en altas horas de la noche?
Hoy me siento igual que siempre, y al mismo tiempo diferente. Sí, supongo que siempre fui diferente, y siempre luché por cambiarlo, por cambiar. Pero ahora más que nunca me siento diferente, un bicho raro de este mundo. Diferente a los demás con sus rutinas, sus metas, sus quehaceres, su cotidianidad. No os hacéis a la idea de lo difícil que es ver cómo todos avanzan mientras tú estás parada en seco. Tenerlo todo planeado y organizado mentalmente, aquello por lo que llevas luchando desde que eras una niña, eso que siempre tuviste claro, y me enorgullece decirlo: he dudado de todo, de todos, he dudado de mí, pero jamás dudé sobre mis sueños, y sin embargo ahora los veo tan lejanos...
Lo veo difícil, más aún, y no sé si soy yo la que se complica o es que realmente es así.
No sé si el destino me ha hecho verme en esta situación para valorar algo, para abrir los ojos, o para hacerme más fuerte. Pero por favor, necesito urgentemente una señal. Algo que me dé pistas, ilusión o respuestas. Creo que eso es lo que me falta, por qués. Por qués de todo.
Estoy vacía. Atrapada en un reloj de arena que cae demasiado despacio. Todos los días me propongo algo nuevo, y al despertar me veo sin fuerzas para lograrlo. ¿Para qué? me digo a mí misma, si al final no consigues nada, si al final algo o alguien te la juega.
Joder, mi vida está patas arriba, y eso que no estoy segura de que alguna vez estuviera ordenada, pero ahora está completamente del revés. Este cruce de caminos me está matando, y ahora más que nunca me siento una espectadora de mi propia historia, o de la de los demás.
Supongo que siempre hubo orden dentro de mi caos, y ahora que me veo a solas con él, se hace todo más duro. Verme a solas conmigo misma cada día y a cada minuto me hace odiarme el doble.
Mi yo del espejo se burla de mí diciendo que estoy podrida por dentro, y mis ojeras lo secundan.
Tengo mis emociones a pie de página, mi cabeza en relatos antiguos, pero la que sigue aquí soy yo, y es algo que tengo que entender.
Que necesito ese motor que me active la memoria y me devuelva las ganas de pintarme los labios de rojo. Escribir o morir digo, porque a medida que voy escribiendo la fiera que habita dentro de mí se va amansando, y ojo, no es lo mismo que reprimirla. Sólo hay que saber cómo dominarla y cuándo sacarla. Tenemos algo que nadie más tiene, y que no todo el mundo entiende, que nos hace tan distintos como especiales, maravillosos, genios dentro de la materia. En el film "En busca de la felicidad" Will Smith le dice a su hijo : "No dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo sólo porque él no puede hacerlo". A veces la vida pesa, si aprendes a callar las voces que te dicen que no puedes, empezarás a escuchar las que te dicen que lo lograrás. Y yo, verso a verso voy llegando a mi cima. No te debo una explicación, sólo dejo pistas, y si tienes ese algo de lo que tanto hablo, ese algo que no todos tienen y no todos captan, no te hará falta preguntar para saber de qué hablo. Cuál es mi sueño, y cuál es mi secreto. Pero por si acaso se me olvida, volveré a leer este texto. Seguramente llore al principio, porque sí, lo he hecho, como tantas muchas veces, pero, seguramente, al terminar de leerlo, acabe sonriendo. ¿ No es ese el verdadero sentido de la vida?

Una vez más un puente suicida viene a rescatarme.

Un puente suicida, hoy más que nunca.
Lo cruzas, hipnotizada por las luces que iluminan Madrid de fondo, eres un espectador de tan romántica estampa. Apenas se escucha el ruido de los coches mezclado con mi respiración, cada vez más acelerada. Hay un vacío en las calles, y otro en mi alma rota, rajada, usada.
Hace frío, pero es éste la verdadera esencia del puente suicida, y de todo lo que eso conlleva.
Muchas veces, no existe un motivo para cruzarlo, simplemente hay algo en ti que te lo pide, y tú le haces caso a esa voz interior: paseas, piensas, lloras, gritas, cantas, y todo te da igual una vez que lo has cruzado. Piso letras, palabras, frases, pisas recuerdos, momentos amargos y dulces van quedando tras mis pasos. Miro al suelo, miro al cielo, ¿qué cojones estoy haciendo?
El frío solemne me acecha como un depredador a punto de atacar a su presa, y me encuentro en medio de un mar que brota repentinamente de mis ojos.
Pienso qué siento para estar ahí, así, y soy incapaz de responderme. No lo entiendo, no me entiendo.

martes, 4 de noviembre de 2014

¿Y las piezas que me faltan?

Soy una persona muy inestable (más de lo que me gustaría) sobre todo emocionalmente.
Nunca tengo las cosas claras, y tan pronto te odio como te quiero, tan pronto río como lloro.
La otra noche sin ir más lejos, me pasó una cosa muy curiosa: estaba en mitad de un drama emocional que básicamente yo me había montado y en vez de sentirme culpable,triste, arrepentida o confusa, me entró un escandaloso ataque de risa a las 2:30 de la madrugada. Sí, sí. Pero tan pronto como me estaba riendo, la risa se mezcló con un espantoso llanto compuesto de alaridos y quejidos desagradables para el oído humano, y después simplemente me quedé sentada en la cama, en mitad de la penumbra y totalmente enmudecida. ¿Alguien puede darme una explicación coherente?
Hoy he visto dos llamadas tuyas, y en vez de frustrarme por no haberlas atendido a tiempo, casi podría decir que me he alegrado, es decir: sí, te echo de menos, me mata no saber nada de ti y moriría en este mismo instante por un abrazo tuyo, pero te odio profundamente por todo lo anterior, porque mientras que yo estoy aquí intentando sobrevivir a las circunstancias que se me presentan tú estás viviendo completamente ajeno a todo, completamente ajeno a mí, y pondría la mano en el fuego a que no te preocupa . A veces me odio por ser así, y a veces incluso te culpo de que yo sea así.
Quizá me he ido volviendo emocionalmente inestable a  medida que me iban sucediendo cosas, y en eso has tenido mucho que ver. 
Has sido el hombre por el que más he llorado, y quizá por eso mismo soy incapaz de tener una relación medianamente estable; ni siquiera he sido capaz de tenerla contigo. Si hasta tú me has fallado, si hasta yo misma me he fallado.
¿Por qué aún no tengo la suficiente confianza en mí misma de enfrentarme a ti? Quizá te conozco tanto como para saber tu respuesta, tu absurda reacción. O igual me asusta no saberla.
Te odio tanto como te quiero, no me asusta decirlo : un "fifty-fifty".
Me emociono igual al recordarnos cantando "heart of glass" en el coche que recordando las veces que me dejaste plantada con la maleta hecha. 
Y así me puedo definir perfectamente: soy una serie de momentos compuestos por sensaciones opuestas, altibajos emocionales, idas y venidas, preguntas sin respuesta.
Sólo soy un puzzle sin resolver.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Aráñame la espalda que el alma ya lo está.

Qué fácil perder la noción del tiempo, perderme en ti, perderme en mi; salir ganando.
No hay manera de volver, tú sola has llegado hasta aquí,
y si no sabes querer, al menos aprende a sufrir.
Subir la cima para acabar encima tuya.
Cómplices de un crimen con condena subjetiva: si me matas a besos, te encierro en mi cuarto.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Las cicatrices que no se ven, son las que más duelen.


Si no sé seguir, ni sé llorar, y no me sale reír, dime al menos que vas a estar ahí cuando yo caiga, cuando la vida golpee fuerte y me sienta tan sola que me entren ganas de morir, dime al menos que vas a estar ahí, abrazándome a tu manera, diciendo que todo irá bien aunque sea mentira.
Me paro a pensar, ahora, a oscuras en esta habitación, si este atisbo de mala suerte lo es en realidad; si mis pérdidas de este año han sido ganancias y mis ganancias, pérdidas.
Me pregunto si he aprendido lo que se supone que debía aprender, o si por el contrario he dado pasos en falso convirtiéndome en peor persona. Al menos hay algo que sé seguro : ya no soy esa chica.
He perdido la vergüenza, el orgullo, la dignidad, la virginidad, la consciencia, la noción, la sonrisa, he perdido personas, amigos, dinero, cosas. He perdido la cuenta.
Las dudas en mi cabeza son las mismas, si soy mejor o peor, si he madurado o simplemente soy más zorra. No lo sé, que alguien me lo diga. De momento os aseguro que estoy llena de cicatrices de cada batalla, de cada vez que he luchado por algo o por alguien, y lo admito, casi siempre en beneficio propio.
Supongo que la vida me está diciendo :" Eh, Tes, afloja, baja de la nube, no creas que por planear tu vida, va a salir todo como quieres, ni creas que todos van a seguir a tu lado sólo porque les quieres"
¿De qué me sirve aprender esto ahora? Si sólo veo cómo mis sueños se desvanecen a medida que me desmorono en un mar de lágrimas entre cuatro paredes rodeadas de poesía.
A veces hasta yo misma me sorprendo, me miro en el espejo y digo : ¿wow, en serio eres capaz de llegar hasta aquí? Y no me da vergüenza, ni arrepentimiento. Y eso me asusta. Nunca fuí afín a lo políticamente correcto, pero ¿cómo saber si estoy sobrepasando los límites morales? De hecho, ¿no se supone que esos límites me los pongo yo? Pues para saber cuáles son, tendré que sobrepasarlos.
Está bien eso de pensar en las consecuencias, la verdad, no es que yo lo haga habitualmente, pero lo que me asusta de todo esto de los límites es que antes de cruzarlos (o de no cruzarlos) me he parado a pensar en las consecuencias, y me han dado igual. He pensado: esto está mal visto, pero ¿está mal hecho? Esto lo critican, pero ¿a tí te gusta? Esto, no debes... pero ¿tú quieres?. Y sí, lo he hecho, me he sentido peor por lo que diría la gente que por lo que me diría yo.
Mis consecuencias conmigo misma no conllevan arrepentimiento, mis consecuencias con la sociedad, por el contrario, me producen cierto rechazo, y en los momentos de lucided  digo : joder, que les den, es tu vida, es tu cuerpo, es tu tiempo, es tu decisión, por qué ellos tienen que decirme : "te vas a arrepentir" . ¿Acaso me conocen mejor que yo misma?
Me arrepiento de ser una mentirosa. Sí, una mentirosa que no cuenta toda la verdad con tal de no escuchar sermones. Debería llevar una "M" cosida al pecho, como en la letra escarlata, pero en vez de "A" de adultera, "M" de mentirosa, lo de zorra es algo que lo luzco con orgullo. Hace poco escuché que una chica decía " soy una zorra muy zorra, y me encanta. Ser zorra es ir un paso más allá que la sociedad" Y¿ sabéis qué? que yo también soy una zorra muy zorra, y también me encanta.
Y puede que mis decisiones no sean las más acertadas, puede que me equivoque, y a los hechos me remito, pero de algo estoy segura: son MIS decisiones.

martes, 28 de octubre de 2014

Como un soplo de aire fresco viene, como un soplo de aire fresco, se va.

He cruzado una vez más aquel puente suicida.
Todo ha ocurrido de forma inesperada, y cuando quise darme cuenta mis pies caminaban en esa dirección. En la dirección.
No ha sido la primera vez, y seguramente tampoco la última. Crucé siguiendo las huellas que un día dibujé a mi paso y que ahora parecían totalmente ajenas a mí. Todo ha cambiado tanto, tan rápido.
Apenas queda rastro de todo aquello que reímos y lloramos, algunos recuerdos los borró la lluvia, el tiempo, o quizá simplemente quedaron ocultos bajo las hojas de este otoño que acecha y lo vuelve todo más nostálgico. La tarde tenía sabor a domingo, con regustillo de echar de menos,
360º inesperados me han hecho llegar hasta aquí casi sin saberlo.
Mis anhelos, mis deseos y mis sueños, se han perdido hasta tal punto de preguntarme a mí misma cuáles son.
Mientras caminaba en la dirección marcada por flechas, que tantas veces había recorrido me han venido recuerdos. Recuerdos de aquel año casi perfecto, del que me atrevería a afirmar que fue uno de los mejores de mi vida.
Esos quince años llenos de inocencia y experiencia, repletos de ganas de descubrir la vida en grupo...
Aquel año cuya banda sonora fue sin duda "vivir sin aire" de Maná, aquel año que ahora encuentro tan lejano.
Fue una rutina compuesta de cambios de sitio en matemáticas, donde me sonrojaba al sentarme al lado del ligón de la clase, que acabó siendo un buen amigo que a día de hoy se podría decir que consevo, tertulias con los chicos que me daban consejos cual hermana pequeña, miradas furtivas en los cambios de clase, llantos reprimidos en los baños, insultos escritos en las puertas de los mismos, bailes en educación física, chuletas de declinaciones en latín,
Aún me viene ese aroma a adolescencia despreocupada, rutina celestial, a ese último año de experiencias, cotilleos, amistades y demás.
Fue un año de cuerdas de guitarra, acordes sin cejilla y canciones a medias. Miles de conversaciones que aún todavía recuerdo, palabras que vienen a mi memoria como si hubiesen sido pronunciadas hace a penas cinco minutos. Después una despedida, a nuestra manera pero divertida, caminos por separado, nuevas rutinas, nuevas expectativas ... vida.
Al volver, el camino, al igual que los recuerdos, pesa.
Lo ves lejano, borroso quizá por los ojos bañados en lágrimas vacías.
Cruzas el puente suicida, donde diste las últimas caladas por las que ahora matarías, irónicamente, si no te matan ellas a largo plazo.
Necesitaba volver. Sentir esa energía inexplicable que rondaba por esas aceras y que había hecho mía, que había compartido, y los que han estado lo saben, es el lugar donde escapar cuando escapas de todo.
Todo eso me ha hecho decirme a mí misma :"Eh, ¿ya no recuerdas quién fuiste? Bien. abraza ese recuerdo, porque es quien eres".
Crecer no siempre es fácil, crecer, muchas veces duele, y ese impulso irrefrenable de querer volver a esos días, es el deseo de algo que sabes que es imposible, la añoranza de querer hacer las cosas mejor, de apartar la ingenuidad, y aprovechar el tiempo.
Al final del camino, sopla brisa fresca, me despeja, me enfría para poder decirme : "Eh, lo más bonito de la vida, es vivirla, y es vivirla a mi manera. ( Aunque suene egoísta, qué coño, sabes que lo es, pero te lo mereces)"

miércoles, 22 de octubre de 2014

La soledad de los números primos.

"Existen entre los números primos algunos aún más especiales.
Son aquellos que los matemáticos llaman números primos gemelos, pues entre ellos se interpone siempre un número par. Así, números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43, permanecen próximos pero sin llegar a tocarse nunca.
Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos"

Ella, fantasía adormecida.

¿Que quién era ella?
Ella era el llanto de un payaso, la risa de una viuda, las ganas de vivir de un suicida, los versos de un poeta, el alter ego de un actor.
Ella era musa de pintores, insomnio de escritores, poesía censurada.
Era el alma de las calles de Madrid, no le importaba mojarse bajo la lluvia, ella... ¡Qué guapa está desnuda!
Ella era imposible e imperfecta, un hilo entre fantasía y realidad remota, imaginaria a sus medidas (curvas de infarto). Ella acariciaba lentamente, clavando sus ojos en los del otro, haciéndolo sentir culpable. Ella, por fuer ingenua, por dentro astuta. Ella, con andares de princesa y orgasmos de puta.
Ella era una diosa de piernas largas y faldas cortas.

domingo, 19 de octubre de 2014

Léelo.

Quiero que sepas lo que nunca he tenido valor de decirte. (Por orgullo, por vergüenza, por derrota)
Sigo sintiendo lo mismo que en diciembre, nunca he dejado de sentirlo.
Quizá desaproveché las oportunidades, por miedo entre otras cosas, me culpo por ello. Y al final volvías, me acostumbré a que lo hicieras, pero creo que es una mala costumbre, y muy estúpida, que estoy cansada de esperar que vuelvas, que prefiero decirte: ¿por qué te vas?
Que estoy cansada de dejar pasar las cosas, los días, las semanas, estoy cansada de dejarte pasar.
Hemos hablado de esto otras veces, creo que tres. Ya sabes eso de "por unas cosas o por otras no ha pasado nada" . Yo sigo queriendo que pase. 
No sé nada de ti, la verdad. No sé qué haces, si hay otra persona, si sientes algo por alguien, no lo sé.
Sólo quiero que sepas todo esto, aunque ya lo leíste algún día, el orgullo no sirve de nada, la vergüenza tampoco, y a estas alturas, ¿qué tengo que perder? 
Sólo quería que lo supieses, que me jode que de repente desaparezcas, de repente dejemos de hablar sin motivos aparentes, y comerme la cabeza pensando ¿qué he hecho mal? Es decir, si no sentías nada por mi, no importa, podíamos ser amigos, supongo que al menos yo te caía bien.
Sé que no soy una persona demasiado predecible, es más diría que todo lo contrario, sé que es difícil entenderme porque ni yo misma lo hago, todo eso ya lo se, ya lo sabemos. 
Te pido un favor: ponte en mi piel, (yo he intentado ponerme en la tuya, he desarrollado varias teorías, he llegado a miles de conclusiones imaginarias, te he dejado espacio, sabes que no me gusta ser pesada, y no me gusta molestar). Ahora imagina qué cosas deben de pasar por mi cabeza, y yo te reconozco que soy estúpida por no preguntarte a su debido tiempo, por callarme, pero el ser humano es gilipollas por naturaleza.
En fin, no exijo una respuesta, aunque no estaría mal.
Yo sigo sintiendo lo mismo que en diciembre, por mi parte nada ha cambiado.
¿Sigues sintiendo lo mismo? ¿ tienes ganas de sentir lo mismo?
Una vez tuve un "no" por respuesta, podré soportarlo una vez más si es lo que realmente sientes.
Un abrazo.

"Eres distinta a las demás, lo se desde el primer día en que hablé contigo"

Mi cabeza está vacía de silencio.
Tu nombre está grabado en cada parte de mi cuerpo, tu recuerdo en cada rincón de mi memoria.
¿Se puede perder un sentimiento? ¿Existe el olvido?
Una parte de mi quiere creer que dejarás de doler, que el tiempo borrará las huellas de lo que un día no fuimos.
He pasado largas horas reinventando tus defectos, y me he dado cuenta de que es lo que más me gustaba de ti. Que nunca intenté cambiarte, que siempre fui indecisa, que siempre fui yo.
Fue tan intenso aquello que nunca fue, una acción inacabada, una ráfaga de vida.
Jugaste a las cartas por tu reina de corazones, y ese as en la manga hizo perder la magia de aquel truco que dejó de ser un juego con la primera lágrima.
Un abrazo tuyo nunca está de más, unas buenas noches en condiciones, como las de antes, como las de siempre, nuestras, tuyas y mías, y de nadie más.
Recuerda tus propias palabras, escúchate.
Si vuelves, que sea para quedarte.

Casi rozando el cielo con la punta de sus dedos.

Ella estaba loca, y ellos por ella.
Ella dilataba sus pupilas, erizaba los pelos de su espalda, revivía las mariposas de su estómago.
Su pelo, una bandera dorada que ondea salvaje a compás con el viento.

Él no supo verla.
Él la dejó ir.
 
Si hubieran sabido que en ese andén sonaba la misma canción en cascos diferentes, que sólo había que girar la cabeza...
 
Por la mañana; un vacío en el pecho, otro en la cama.


martes, 14 de octubre de 2014

Sigues siendo la razón de mis ojeras.

Vuelve esa sensación, esa sensación que te encierra en un bucle de pensamientos, de sentimientos, esa sensación que se repite cada cierto tiempo, que nunca desaparece del todo, y que me obliga a pensarte cada día, en contra de mi voluntad consciente. Sentir que no sabes qué pasa por tu vida, ni qué pasa por tu cabeza. No saber quién eres, pero sí qué crees que quieres. No saber nada con certeza y querer saberlo todo con la prisa de la aguja que marca los segundos en un reloj antiguo.
Ir a contracorriente en contra de ti mismo, en contra de lo correcto, y destruyéndote poco a poco. La autodestrucción sabe a esperanza amarga, sólo que por lo general, el sabor amargo gana.
Es como... como intentar obligarte a ti mismo a decir adiós a algo que no quieres dejar ir, como renunciar a aquello que aprecias, es prácticamente imposible, porque sabes que es lo que se supone que debes hacer, pero no lo que quieres. Es algo que crece en tu estómago arañándote las entrañas, haciéndote sangrar por dentro, dejando llagas que tardan demasiado tiempo en curarse, heridas que se convierten en cicatriz. Si volvieses, dejaría de llorar, te perdonaría una y mil veces y me odio por ello. Es tan injusto que una sonrisa tuya cambie completamente mi mundo, mi estado de ánimo, mi forma de ver las cosas, mi forma de tomarme la vida, mis ganas de reír, mis ganas de querer, mis ganas de quererte. Es tan jodidamente irónico que una sonrisa tuya sea la razón por la que dejaría de lamentarme a oscuras, dejaría de abrazar la almohada con rabia, y dejaría de soltar esos gritos y sollozos ahogados entre lágrimas cada vez más secas. El saber que has vuelto, que estás ahí, que no estoy sola, que me apoyas, que no importa que todo sea una mierda, que estás conmigo, que no soy tonta, que somos tontos, que sólo somos dos almas que vagaban perdidas y se encontraron por casualidad en un vagón de metro, que no se atrevían a acercarse, que finalmente entablaron conversación.
Que lo corriente se convirtió en extraordinario porque eras tú, porque eras tú conmigo, haciéndome reír, animándome, devolviéndome las ganas, a secas. Que quizá no tenía nada de especial, que quizá no fuimos nada catalogado sentimentalmente, que para mí si era especial, que para mi si eramos algo por cómo me sentía.
Que me duele, me duele que todo haya acabado así, me duele que seas mi cuenta pendiente, porque eres mucho más. Me duele sentir que esto no ha terminado, me destroza, me crea falsas esperanzas y de alguna forma u otra una parte de mi sigue esperando que un día aparezcas de nuevo. El problema es que estoy cansada de esperar, y aún así no paro, no desisto, mi pecho sigue latiendo alimentándose de ilusiones que a penas sé de dónde salen.
Últimamente te pienso demasiado, con y sin alcohol de por medio, sigues siendo la razón de mis ojeras, aunque ahora por motivos distintos.

domingo, 12 de octubre de 2014

AMOR

¿Que qué es el amor?
Pretendes que de una respuesta a lo que todo el mundo pregunta.
El amor es diferente en cada persona, el amor se vive de forma diferente en cada persona.
Para mí el amor no tiene nada que ver con las relaciones, es más, todo lo contrario, el amor no entiende de normas, de rutinas, de razones, el amor no es algo que se pueda definir, no es algo que se pueda etiquetar, es algo abstracto, que se siente casi sin que uno se de cuenta.
Amor es querer estar en un parque un viernes, y ver una película la tarde de un domingo, es querer follar en la ducha y hacer el amor en la cama, amor es querer abrazos sinceros y besos fugaces.
Amor puede ser a ratos, a veces, a largo plazo.
Pero amor, es no saber responder qué es el amor.

martes, 30 de septiembre de 2014

"Mataría por un roce de vaqueros, chica"

Estoy sumida en un círculo vicioso que gira en torno a ti: tal y como empecé sigo.
Te has quedado clavado y no hay forma de sacarte, y las noches, las noches no son noches ...
Ni siquiera las copas, los chupitos, los cubatas, los minis, los tragos a palo seco, ni siquiera eso hace que tu nombre desaparezca de mi memoria. Está claro que no me esfuerzo en ello. Irónico que mientras tanto, otros intentan seducirme con mensajes, se dejan la piel por desfilar en mi cama, se parten los huevos por un mínimo roce de mejillas. Y al final, se cansan de mis negativas, y yo también me canso. Otros besos no me llenan, no me ilusiona el roce de vaqueros, los botones rotos, o las caricias a medias.
Ya no quiero sexo sin amor, ya no quiero amor sin sexo.
Existen esos días en los que te apetece mandarlo todo a la mierda, romper los esquemas, pasar de todo, y a la mierda el qué dirán. Y al rato, la conciencia, y esa válvula que bombea sangre a toda prisa, que te dice que no, que no llegues tan lejos, que frenes, que sientas, y de repente todo frío.
Se produce un impacto que te deja inmóvil, paralizada, helada, y parece que esa válvula ya no bombea sangre. "QUE SIENTAS" grita mi conciencia. Joder, qué difícil me lo pone. Qué difícil sentir por la persona "incorrecta" y no sentir por la que se supone que es la indicada, coño, para qué mentirnos, si fuese la indicada sentiría.
Puede que no esté acostumbrada a perder(te)

lunes, 29 de septiembre de 2014

"Running down to the riptide"

Muchas veces nos centramos tanto en algo que no vemos lo que tenemos alrededor.
El ser humano es terco por naturaleza, nos encaprichamos con algo y descartamos el explorar otras posibilidades hasta que nos damos cuenta de que hemos cometido un error, pero ojo, eso nos hace aprender. Aprender de nuestras propias experiencias que al fin y al cabo es como mejor se aprende, de uno mismo.
Esas veces, te esfuerzas tanto por conseguir algo que te olvidas de lo más importante: lo haces porque quieres, porque te gusta, pero estás tan ocupado equivocándote y presionándote que eso se te olvida.
Entonces, cómo no, aparecen las maravillosas segundas oportunidades, están ahí para recordarte que hay más salidas, más posibilidades, están para decirte que abras los ojos, para ofrecerte la posibilidad de emendar tus errores. Llegados a este punto, está claro que has aprendido, revisas mentalmente lo que quieres, sin presiones, con alegría, y piensas, que la vida no se basa en calcularlo todo, que de esta forma acabas no disfrutando la vida. Realmente abres los ojos, y ves más allá de tus prioridades, intentas no cometer los mismos errores. A veces, lo mejor es simplemente improvisar sobre la marcha, vivir, dejar que las cosas sucedan, ponerle ganas e intención, pero por supuesto sin presiones.
Con esto quiero recalcar que si después de una o dos oportunidades, siempre hay una tercera, una cuarta, una quinta... no hay que desaprovecharlas, pero tampoco hay que tirar la toalla cuando las cosas salen mal.En ocasiones, la vida se nos presenta difícil, creemos que no tenemos suerte, que el color que predomina en nuestros días es el gris, y no nos damos cuenta de que quizá tenía que ser así, quizá la vida me está poniendo a prueba, y no pienso abandonar, el abandono es de cobardes. Mi abuela siempre dice que "el que algo quiere, algo le cuesta" y razón no le falta. Si realmente quieres conseguir algo, ve a por ello, a contracorriente, sólo esfuérzate por conseguirlo y disfruta del proceso, al final recibirás tu recompensa.
No ganar y rendirse es perder, no ganar y seguir adelante, es ganar.

domingo, 28 de septiembre de 2014

¿Almas gemelas? ¿Medias naranjas? : Personalidad independiente

Desde pequeños nos enseñan a depender de alguien.
Desde que escuchamos por primera vez un cuento en el que la princesa siempre encuentra el príncipe al final de la historia, "y viven felices y comen perdices", nos enseñan que lo que nos va a hacer felices es encontrar un príncipe azul. Lo que no nos cuentan es que ese príncipe azul no existe.
Nos hacen creer que tenemos un alma gemela y que hasta que no lo encontremos no seremos felices, intentan imponernos eso como meta de vida. Pretenden que pensemos que somos la mitad de algo, y que necesitamos de otra mitad para estar completos, que sin esa mitad nos falta algo, y que así jamás llegaremos a ser felices o a llevar una vida plena; Es decir:
Se supone que tengo que encontrar a esa alma gemela, a la que le gusten las mismas cosas que a mí, con la que compartir momentos para el resto de mi vida, y yo digo : Si realmente encontrara ese alma gemela acabaría aburrida a los dos minutos. ¿Para qué quiero una persona como yo? ¿Es que acaso no tengo suficiente con aguantarme a mí misma para el resto de mi vida, que encima tengo que cargar con otro como yo y fingir que somos una de esas familias felices que salen en los anuncios o en las fotos de los libros de inglés?
La segunda suposición es encontrar a tu media naranja, la cual tiene dos puntos de vista:
O bien uno similar al anterior: tu media naranja o alma gemela con la que ser feliz siempre, o bien tiene la versión de : es la parte que te complementa, los polos opuestos se atraen bla, bla bla.
¿Osea que necesito de otra persona para estar completa? ¿Con eso qué quieren decirnos? ¿Que si no encontramos una persona que nos complemente y afín a nosotros nos falta algo? ¿No podemos ser felices a nuestra manera? ¿somos realmente incapaces de llevar una vida plena y digna sin aquella persona que complete la supuesta parte que falta?
A la mierda los esquemas sociales. Así.
Creo fielmente que cada persona es libre de escoger cómo vivir su vida, creo que voy a empezar a escribir nuevas historias que contarle a las futuras generaciones, a mis hijos, si es que YO decido tenerlos.
Creo, que mi felicidad no depende de nadie más que de mí misma, y que si alguna vez os habéis planteado la típica cuestión de : "no puedo vivir sin ella", creedme, estáis equivocados. Tu estado de ánimo, tus ganas de hacer las cosas, y tu forma de hacerlas, sólo depende de la forma con la que te tomes la vida, tu vida. Tus decisiones de hoy determinan el camino del mañana, por ello, tú eres dueño de tu propio destino, y no necesitas a nadie para sentirte satisfecho en ningún ámbito. Creo que eres libre de decidir si quieres compartir tu vida con alguien, y hasta qué punto quieres compartirla, pero sobre todo, creo que eres totalmente libre de escoger, independientemente de lo que la sociedad imponga. La sociedad, somos nosotros, y nosotros podemos cambiarla.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Se la mejor versión de ti mismo.

Suena irónico que la persona que apenas recuerdas del colegio llegue tan lejos. Es decir, suena irónico que la mayoría de estrellas de cine, escritores, pintores o en definitiva artistas, que llegan lejos hayan pasado desapercibidos a lo largo de su vida.
Suena muy irónico, que la mayoría de artistas escondan detrás un alma frustrada e incomprendida; eso es, incomprendida. Muchos artistas han sufrido acoso escolar, inadaptabilidad social, inconformismo, rebeldía...
El arte es el canal que muestra al mundo nuestros sentimientos de la manera más hermosa que somos capaces de transmitir. El arte es emoción, es aquello que busca una reacción en el público, el arte es eso que cala hondo en nosotros casi sin darnos cuenta.
Y como decía, suena irónico que tenga que definir a los artistas como inadaptados.
Me considero artista en proceso, pero como el arte es algo que se manifiesta desde la infancia, y que se va desarrollando en ti de manera inevitable, podéis llamarme inadaptada.
Sufrimos las críticas de la sociedad, somos apartados de las manadas de hormonas con patas simplemente por ser diferentes. Al principio llegas a pensar que eso está mal, con el tiempo te das cuenta de que lo que está mal, es seguir a la manada. Te das cuenta de que te apartan por ser diferente sí, pero que ser diferente es algo bueno, es algo grandioso diría yo. Te hace especial y único por hacer aquello que más amas, ¿y eso, acaso es malo? Ahora, miro atrás y realmente me arrepiento de cada lágrima que derramé por sentirme diferente, de cada vez que oculté mis gustos o aficiones por miedo al rechazo, me arrepiento de cada vez que busqué aprobación en miradas ajenas. Poco a poco, vas aprendiendo, y casi sin darte cuenta, te sale solo, te forjas tu personalidad, porque acabas mostrándote tal y como realmente eres, tal y como realmente te sientes, y te das cuenta de que la única aprobación que necesitas, es la tuya. Que la verdadera puerta hacia tu propia salvación es aceptarte a ti mismo, y que acabas gustando a la gente, por ser como eres, aunque eso te de igual. Acabas por diferenciar los amigos de los colegas, y tus lágrimas son por motivos diferentes.
La vida de un artista es mucho más difícil, sobre todo si pretendes vivir de tu arte.
Después de la infancia, y hasta incluso de la adolescencia, cuando empiezas a aceptarte y a aceptar lo que amas, buscas mostrarlo al mundo, y aparecen los sueños: tus sueños.
Esperas estudiar aquello que más te gusta, implantado por un sistema "educativo" que odia el arte, y una vez más te sientes parte de una lacra social que ese mismo sistema ha implantado, pero de manera diferente: aparece el inconformismo y la rebeldía. Te resignas a estudiar dentro de aquellas limitaciones sistemáticas y educativas aquello que amas, y esperas terminarlo, salir ahí fuera y comerte el mundo, y poco a poco, el mundo te va comiendo a ti.
Poco a poco ves cómo aquellos sueños y aspiraciones que te habías ido forjando se destruyen cada vez más en cada casting, cada prueba, cada " te llamaremos".
Ser artista no es un trabajo de carrera, ni un máster, ser artista es algo que crece día a día, ser artista es trabajar día a día por aquello que amas, y no rendirte nunca, nunca. Ser artista es ser constante, insistente y soñador, ser artista es creer en ti, creer en lo que haces, y creer que si quieres, puedes conseguirlo.
Ser artista, es lo mejor que me ha podido pasar en la vida, y lo mejor que puedo ofrecer al mundo.

martes, 23 de septiembre de 2014

Si te cortan las alas, no pueden pretender que vueles. Si me corto las alas, nadie me pedirá volar.

¿Acaso nunca te has sentido así?
Nunca has estado tumbado en el suelo, encogido, ahogándote en tus propias lágrimas, muriéndote de frío, aunque, buscas eso: el frío. Buscas congelar el tiempo, o congelarte tú. Miras el techo intentando no pensar, no sentir, no existir, no vivir. Me duele la vida, y me duele vivirla.
Y mientras estás ahí, tumbado, abrazando al suelo, temblando (por fuera y por dentro) sientes una mínima esperanza y anhelo de que llegue alguien y te abrace. Sólo un abrazo, sin por qués o cómos. Solo necesitas saber que no estás solo. Entonces empiezas a pensar, a echar de menos de más, a tararear canciones estúpidas con tal de no escuchar la voz de tu cabeza, las voces de fuera.
Últimamente este proceso se repite mucho.

Sólo quería reflejar cómo me siento, en mi pequeño rincón, donde nadie lee, nadie juzga y nadie siente compasión. Sólo quería sentir que alguien me escucha, o me lee.
Sólo quiero explicar que ahora nada es fácil, que ahora nada está bien, que me entran ganas de mandarlo todo a la mierda y no sentirme más así, que mis vómitos de palabras cada vez son más difíciles de controlar, que mis oídos están cansados de escuchar, y mis ojos de ver, que quizá me estoy rindiendo ante todo, o quizá, me estoy rindiendo ante mí.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Mojándote porque está lloviendo, pero, qué más da.

¿Alguna vez habéis sentido que vuestras vidas se dividen en partes?
Es decir: está la vida en familia, la vida con los amigos, la vida en pareja, la vida laboral...
Ya sabéis: es como pasar la tarde del domingo entre amigos, inmortalizando todos y cada uno de los momentos, guardando bien dentro cada risa y cada broma, y recordarlo mientras vuelves a casa, ya de noche, y mojándote porque está lloviendo, pero, qué más da, si acabas de pasar una tarde de la hostia, si te has olvidado de todas tus mierdas, de todas tus heridas y de tus cicatrices, y la lluvia es sólo un accidente que hace que lo veas todo más romántico si cabe. Y después sabes que al día siguiente cada uno volverá a su rutina, a su día a día, que cada uno seguirá con sus vidas paralelas sin remedio, deseando que llegue el fin de semana para volver al principio.
Que mientras estás maquillándote para salir de casa otro está en el metro, al mismo tiempo que suena el despertador de otro, y así. Y no puedes evitar preguntarte qué estarán haciendo en ese momento, si se les pasa por la cabeza lo mismo que a ti, si también se lo están preguntando en ese preciso instante.
Y entonces estás deseando que sea viernes, pasan los días, las semanas, los meses, los años, y pasa la vida. Y te pasas la vida deseando aquello que tan lento llega y tan rápido se va.
Sólo quiero una bonita rutina, una rutina compartida.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Cell Block Tango- Velma (Chicago)

"Mi hermana Verónica y yo teníamos un espectáculo juntas, y mi marido Charlie viajaba siempre con nosotras. En el último número hacíamos 20 acrobacias: uno, dos, tres, cuatro, mortal hacia delante, mortal hacia detrás... una detrás de otra.
Aquella noche estábamos en Cicero, en la habitación del hotel, bebiendo y riendo, pero nos quedamos sin hielo, así que fui a por él.
Cuando vuelvo, abro la puerta... y estaban los dos: Verónica y Charlie, haciendo el número 17, el salto del tigre.
Entré en tal estado de shock que me quedé en blanco, y no recuerdo absolutamente nada.
No fue hasta más tarde, cuando estaba lavándome la sangre de las manos que supe que los dos estaban muertos"

viernes, 12 de septiembre de 2014

Querido Nadie:

Querido nadie:
Te escribo sin mencionarte con la esperanza de que deduzcas que mis palabras son como flechas que apuntan con intención de hacer diana en tu pecho.
Te escribo para decirte aquello que por orgullo, dignidad o vergüenza no me atreví a decirte nunca.
Ya me he pedido perdón a mí misma por no darte ese beso, ahora perdóname tú, aunque creo que ya tengo suficiente condena. 
No tener noticias tuyas me está consumiendo, y si cometí algún error fue sin duda callarme todo lo que llevaba dentro, una vez más, lo siento.
Ojalá pudiese odiarte de la forma en que mi cabeza me pide, odiarte por esfumarte como el humo de un cigarrillo, odiarte por olvidarme cuando más te he necesitado, odiarte por ser un alma atada a sus garabatos.
Ojalá pudiese odiarte por todas esas cosas que al mismo tiempo me hacen quererte
Queda mucho de ti en mí; esas miradas de cómplices primerizos, los nudos de garganta y el temblor de nuestras voces casi a oscuras. (entre otras cosas)

Te escribo con la esperanza de que algo se active dentro de ti y te haga reaccionar de una vez por todas,y que abras los ojos y dejes atrás tu papel de espectador en esta historia.
El tiempo se agota, las agujas del reloj se mueven solas.

Ah, otra cosa, un último favor: deja de hacer trucos, y enséñame la magia.

PD: Te quiero, Nadie.

"Haz algo"

Hoy mi vida ha cambiado. Lo que se supone que tenía que pasar ha decidido dar un giro de 360º dejando mi futuro en manos de la suerte. Hoy, no tenía ganas de pensar. Me apetecía ver una película de esas que dejan sabor amargo, pero que gustan, como el café. Vi una de esas que me recomendaste, y después otra. Eran tus películas, fueron nuestras y ahora, son sólo mías.
Estoy harta de escuchar "haz algo".
A veces pienso que no puede ser, que no puede acabar aquí, que después de todo nos merecemos una recompensa, que tantas oportunidades fallidas no han sido en vano. Esas veces, pienso en que te miraré burlona y me responderás con tu habitual sonrisa de idiota, y toda yo me lleno de esperanza.
Otras veces, oigo una voz en mi interior que me dice que está todo perdido, que este es el final, que se acabó eso de malgastar oportunidades, que cada uno va a tomar un camino paralelo al del otro, y no volveremos a vernos nunca más.
No me salen palabras bonitas, ni palabras dignas de ser escritas para expresar como me siento respecto a todo. Las cosas no me van nada bien en ningún ámbito, y lo que más me duele es lo de siempre, ya sabéis. El lado izquierdo del pecho es un egocéntrico.


No sé si habéis tenido la sensación de querer dormir por mil años, o tumbarte en el suelo mirando al techo y no pensar, no pensar...
No sé si habéis tenido ganas de simplemente no existir, de parar el tiempo, o parar la vida.
Ya os he dicho que no me salen palabras bonitas...



Tenía ganas de gritar que te quiero.
Sólo eso.

domingo, 7 de septiembre de 2014

(Quiéreme, aunque sea entre paréntesis)

Te escribo de madrugada, cuando te pienso.
La luna es mejor psicóloga de lo que pensáis.
Me culpo a oscuras, lloro en silencio; la primera vez te fuiste, la segunda te dejé ir, y quizá no me lo perdone nunca porque la vida da segundas oportunidades, pero no terceras, no supe aprovecharte, y mi orgullo, (ese que ahora mismo me trago y que,  juro, sabe amargo) me la jugó, como si de cartas de póker se tratase lo nuestro, cómo si toda mi vida fuese un juego en el que tienes que apostarlo todo, y por miedo a perder, acabas no apostando.
Quizá soy mediocre y cobarde, quizá no supe quererte pero, te quise, a mi manera claro, pero te quise.
Quizá fue un sentimiento profundo y momentáneo, quizá fue tan intenso que acabó siendo efímero, pero te aseguro que fue real. Real como tú y yo, no fuimos tan imaginarios como en mi cabeza, no andábamos tan desencaminados de aquello que llaman amor.
Al final todo queda en premisas absurdas, y yo quedo igual que en cada carta indirecta que te escribo, igual que empiezo, termino: pensando en ti, sin respuestas, sin alivio y por supuesto, sin sentido.






(Quiéreme, aunque sea entre paréntesis)