Muchas veces nos centramos tanto en algo que no vemos lo que tenemos alrededor.
El ser humano es terco por naturaleza, nos encaprichamos con algo y descartamos el explorar otras posibilidades hasta que nos damos cuenta de que hemos cometido un error, pero ojo, eso nos hace aprender. Aprender de nuestras propias experiencias que al fin y al cabo es como mejor se aprende, de uno mismo.
Esas veces, te esfuerzas tanto por conseguir algo que te olvidas de lo más importante: lo haces porque quieres, porque te gusta, pero estás tan ocupado equivocándote y presionándote que eso se te olvida.
Entonces, cómo no, aparecen las maravillosas segundas oportunidades, están ahí para recordarte que hay más salidas, más posibilidades, están para decirte que abras los ojos, para ofrecerte la posibilidad de emendar tus errores. Llegados a este punto, está claro que has aprendido, revisas mentalmente lo que quieres, sin presiones, con alegría, y piensas, que la vida no se basa en calcularlo todo, que de esta forma acabas no disfrutando la vida. Realmente abres los ojos, y ves más allá de tus prioridades, intentas no cometer los mismos errores. A veces, lo mejor es simplemente improvisar sobre la marcha, vivir, dejar que las cosas sucedan, ponerle ganas e intención, pero por supuesto sin presiones.
Con esto quiero recalcar que si después de una o dos oportunidades, siempre hay una tercera, una cuarta, una quinta... no hay que desaprovecharlas, pero tampoco hay que tirar la toalla cuando las cosas salen mal.En ocasiones, la vida se nos presenta difícil, creemos que no tenemos suerte, que el color que predomina en nuestros días es el gris, y no nos damos cuenta de que quizá tenía que ser así, quizá la vida me está poniendo a prueba, y no pienso abandonar, el abandono es de cobardes. Mi abuela siempre dice que "el que algo quiere, algo le cuesta" y razón no le falta. Si realmente quieres conseguir algo, ve a por ello, a contracorriente, sólo esfuérzate por conseguirlo y disfruta del proceso, al final recibirás tu recompensa.
No ganar y rendirse es perder, no ganar y seguir adelante, es ganar.
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