Estoy sumida en un círculo vicioso que gira en torno a ti: tal y como empecé sigo.
Te has quedado clavado y no hay forma de sacarte, y las noches, las noches no son noches ...
Ni siquiera las copas, los chupitos, los cubatas, los minis, los tragos a palo seco, ni siquiera eso hace que tu nombre desaparezca de mi memoria. Está claro que no me esfuerzo en ello. Irónico que mientras tanto, otros intentan seducirme con mensajes, se dejan la piel por desfilar en mi cama, se parten los huevos por un mínimo roce de mejillas. Y al final, se cansan de mis negativas, y yo también me canso. Otros besos no me llenan, no me ilusiona el roce de vaqueros, los botones rotos, o las caricias a medias.
Ya no quiero sexo sin amor, ya no quiero amor sin sexo.
Existen esos días en los que te apetece mandarlo todo a la mierda, romper los esquemas, pasar de todo, y a la mierda el qué dirán. Y al rato, la conciencia, y esa válvula que bombea sangre a toda prisa, que te dice que no, que no llegues tan lejos, que frenes, que sientas, y de repente todo frío.
Se produce un impacto que te deja inmóvil, paralizada, helada, y parece que esa válvula ya no bombea sangre. "QUE SIENTAS" grita mi conciencia. Joder, qué difícil me lo pone. Qué difícil sentir por la persona "incorrecta" y no sentir por la que se supone que es la indicada, coño, para qué mentirnos, si fuese la indicada sentiría.
Puede que no esté acostumbrada a perder(te)
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