No sé qué quiero, y por mucho que cierre los ojos para imaginarme en un futuro, no veo nada claro.
Sólo veo obstáculos en mi camino que hacen que me plantee si son señales que me alertan de que estoy tomando la dirección equivocada, o son pruebas que se me presentan para ver de qué soy capaz con tal de no rendirme.
Ésta no es la vida que he elegido tener, y desde luego no es la que me gustaría tener en un futuro, y eso, por desgracia, muy poca gente lo entiende. Algunos simplemente se resignan a vivir condenados, como si no estuviese en sus manos cambiar su destino, en todo momento tenemos elección, aunque suene duro, aunque suene remoto y casi imposible, la tenemos. Es cierto que a veces, las circustancias nos hacen tomar decisiones que resultan equívocas, pero al fin y al cabo son decisiones propias. Puede que tengamos que elegir camino demasiado pronto, que no tengamos claro lo que queremos, porque joder, divina juventud alocada, pero es lo que creemos querer. Si en tu futuro te arrepientes, no hay vuelta a atrás, cierto, pero puedes cambiar a partir de ese momento.
Yo soy de esas que creía tenerlo todo claro. Ya sabes, sus metas, sus sueños, su futuro... y a pesar de ser una persona insegura en miles de aspectos, eso siempre lo supe, y ahora dudo. Joder, dudo, a estas alturas... y no sé si busco el camino fácil, o es que realmente las cosas no las tengo claras. No todo el mundo es capaz de saber qué quiere hacer con su vida, es una decisión que va a determinar la misma, por dios, con 17 años qué vamos a saber. Tendríais que ver las caras de los adolescentes asustados en selectividad, o el día que salían las notas. Se olía el miedo en el ambiente, y más de uno lloraba por dentro, y entre todos se miraban como diciendo " tranquilo, sé cómo te sientes, yo también estoy asustado". No sé si es pronto para decidir, pero ahora, que hacemos las cosas casi sin pensar, que somos el drama personificado, ahora... creo que este tipo de decisiones están de más.
Hoy por hoy estoy perdida, pero lo que más me molesta, no, molesta no... lo que más me duele es ver la mirada impasible de la gente cuando me mira, pensando "pobrecita, verás cómo va a acabar".
Que ahora no sepa nada, no significa que no vaya a salir a flote, ni mucho menos significa que vaya a acabar siendo una pobre infeliz, si en el fondo soy transparente, mis ojos hablan por mí, y está claro cuándo estoy feliz y cuándo quiero que la tierra me absorba como a una planta.
El otro día escuché el término "felicidad intermitente", y me pareció tan genial, que tenía que compartirlo. Ya sabéis, mis teorías de la felicidad a ratos por fin tienen un nombre.
La vida es felicidad intermitente a toda costa. Altibajos emocionales, cambios de planes, y cambios de decisiones. Sólo quiero decir que no os asustéis, que está bien tener miedo, pero que los miedos hay que enfrentarlos, que no puedes vivir en una burbuja por temor a fallar o a equivocarte, que si en ese momento quieres algo, consíguelo. Que siempre hay tiempo para cambiar.
Sea lo que sea , ve a por aquello que te haga feliz.
Ésta no es la vida que he elegido tener, y desde luego no es la que me gustaría tener en un futuro, y eso, por desgracia, muy poca gente lo entiende. Algunos simplemente se resignan a vivir condenados, como si no estuviese en sus manos cambiar su destino, en todo momento tenemos elección, aunque suene duro, aunque suene remoto y casi imposible, la tenemos. Es cierto que a veces, las circustancias nos hacen tomar decisiones que resultan equívocas, pero al fin y al cabo son decisiones propias. Puede que tengamos que elegir camino demasiado pronto, que no tengamos claro lo que queremos, porque joder, divina juventud alocada, pero es lo que creemos querer. Si en tu futuro te arrepientes, no hay vuelta a atrás, cierto, pero puedes cambiar a partir de ese momento.
Yo soy de esas que creía tenerlo todo claro. Ya sabes, sus metas, sus sueños, su futuro... y a pesar de ser una persona insegura en miles de aspectos, eso siempre lo supe, y ahora dudo. Joder, dudo, a estas alturas... y no sé si busco el camino fácil, o es que realmente las cosas no las tengo claras. No todo el mundo es capaz de saber qué quiere hacer con su vida, es una decisión que va a determinar la misma, por dios, con 17 años qué vamos a saber. Tendríais que ver las caras de los adolescentes asustados en selectividad, o el día que salían las notas. Se olía el miedo en el ambiente, y más de uno lloraba por dentro, y entre todos se miraban como diciendo " tranquilo, sé cómo te sientes, yo también estoy asustado". No sé si es pronto para decidir, pero ahora, que hacemos las cosas casi sin pensar, que somos el drama personificado, ahora... creo que este tipo de decisiones están de más.
Hoy por hoy estoy perdida, pero lo que más me molesta, no, molesta no... lo que más me duele es ver la mirada impasible de la gente cuando me mira, pensando "pobrecita, verás cómo va a acabar".
Que ahora no sepa nada, no significa que no vaya a salir a flote, ni mucho menos significa que vaya a acabar siendo una pobre infeliz, si en el fondo soy transparente, mis ojos hablan por mí, y está claro cuándo estoy feliz y cuándo quiero que la tierra me absorba como a una planta.
El otro día escuché el término "felicidad intermitente", y me pareció tan genial, que tenía que compartirlo. Ya sabéis, mis teorías de la felicidad a ratos por fin tienen un nombre.
La vida es felicidad intermitente a toda costa. Altibajos emocionales, cambios de planes, y cambios de decisiones. Sólo quiero decir que no os asustéis, que está bien tener miedo, pero que los miedos hay que enfrentarlos, que no puedes vivir en una burbuja por temor a fallar o a equivocarte, que si en ese momento quieres algo, consíguelo. Que siempre hay tiempo para cambiar.
Sea lo que sea , ve a por aquello que te haga feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario