martes, 28 de octubre de 2014

Como un soplo de aire fresco viene, como un soplo de aire fresco, se va.

He cruzado una vez más aquel puente suicida.
Todo ha ocurrido de forma inesperada, y cuando quise darme cuenta mis pies caminaban en esa dirección. En la dirección.
No ha sido la primera vez, y seguramente tampoco la última. Crucé siguiendo las huellas que un día dibujé a mi paso y que ahora parecían totalmente ajenas a mí. Todo ha cambiado tanto, tan rápido.
Apenas queda rastro de todo aquello que reímos y lloramos, algunos recuerdos los borró la lluvia, el tiempo, o quizá simplemente quedaron ocultos bajo las hojas de este otoño que acecha y lo vuelve todo más nostálgico. La tarde tenía sabor a domingo, con regustillo de echar de menos,
360º inesperados me han hecho llegar hasta aquí casi sin saberlo.
Mis anhelos, mis deseos y mis sueños, se han perdido hasta tal punto de preguntarme a mí misma cuáles son.
Mientras caminaba en la dirección marcada por flechas, que tantas veces había recorrido me han venido recuerdos. Recuerdos de aquel año casi perfecto, del que me atrevería a afirmar que fue uno de los mejores de mi vida.
Esos quince años llenos de inocencia y experiencia, repletos de ganas de descubrir la vida en grupo...
Aquel año cuya banda sonora fue sin duda "vivir sin aire" de Maná, aquel año que ahora encuentro tan lejano.
Fue una rutina compuesta de cambios de sitio en matemáticas, donde me sonrojaba al sentarme al lado del ligón de la clase, que acabó siendo un buen amigo que a día de hoy se podría decir que consevo, tertulias con los chicos que me daban consejos cual hermana pequeña, miradas furtivas en los cambios de clase, llantos reprimidos en los baños, insultos escritos en las puertas de los mismos, bailes en educación física, chuletas de declinaciones en latín,
Aún me viene ese aroma a adolescencia despreocupada, rutina celestial, a ese último año de experiencias, cotilleos, amistades y demás.
Fue un año de cuerdas de guitarra, acordes sin cejilla y canciones a medias. Miles de conversaciones que aún todavía recuerdo, palabras que vienen a mi memoria como si hubiesen sido pronunciadas hace a penas cinco minutos. Después una despedida, a nuestra manera pero divertida, caminos por separado, nuevas rutinas, nuevas expectativas ... vida.
Al volver, el camino, al igual que los recuerdos, pesa.
Lo ves lejano, borroso quizá por los ojos bañados en lágrimas vacías.
Cruzas el puente suicida, donde diste las últimas caladas por las que ahora matarías, irónicamente, si no te matan ellas a largo plazo.
Necesitaba volver. Sentir esa energía inexplicable que rondaba por esas aceras y que había hecho mía, que había compartido, y los que han estado lo saben, es el lugar donde escapar cuando escapas de todo.
Todo eso me ha hecho decirme a mí misma :"Eh, ¿ya no recuerdas quién fuiste? Bien. abraza ese recuerdo, porque es quien eres".
Crecer no siempre es fácil, crecer, muchas veces duele, y ese impulso irrefrenable de querer volver a esos días, es el deseo de algo que sabes que es imposible, la añoranza de querer hacer las cosas mejor, de apartar la ingenuidad, y aprovechar el tiempo.
Al final del camino, sopla brisa fresca, me despeja, me enfría para poder decirme : "Eh, lo más bonito de la vida, es vivirla, y es vivirla a mi manera. ( Aunque suene egoísta, qué coño, sabes que lo es, pero te lo mereces)"

miércoles, 22 de octubre de 2014

La soledad de los números primos.

"Existen entre los números primos algunos aún más especiales.
Son aquellos que los matemáticos llaman números primos gemelos, pues entre ellos se interpone siempre un número par. Así, números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43, permanecen próximos pero sin llegar a tocarse nunca.
Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos"

Ella, fantasía adormecida.

¿Que quién era ella?
Ella era el llanto de un payaso, la risa de una viuda, las ganas de vivir de un suicida, los versos de un poeta, el alter ego de un actor.
Ella era musa de pintores, insomnio de escritores, poesía censurada.
Era el alma de las calles de Madrid, no le importaba mojarse bajo la lluvia, ella... ¡Qué guapa está desnuda!
Ella era imposible e imperfecta, un hilo entre fantasía y realidad remota, imaginaria a sus medidas (curvas de infarto). Ella acariciaba lentamente, clavando sus ojos en los del otro, haciéndolo sentir culpable. Ella, por fuer ingenua, por dentro astuta. Ella, con andares de princesa y orgasmos de puta.
Ella era una diosa de piernas largas y faldas cortas.

domingo, 19 de octubre de 2014

Léelo.

Quiero que sepas lo que nunca he tenido valor de decirte. (Por orgullo, por vergüenza, por derrota)
Sigo sintiendo lo mismo que en diciembre, nunca he dejado de sentirlo.
Quizá desaproveché las oportunidades, por miedo entre otras cosas, me culpo por ello. Y al final volvías, me acostumbré a que lo hicieras, pero creo que es una mala costumbre, y muy estúpida, que estoy cansada de esperar que vuelvas, que prefiero decirte: ¿por qué te vas?
Que estoy cansada de dejar pasar las cosas, los días, las semanas, estoy cansada de dejarte pasar.
Hemos hablado de esto otras veces, creo que tres. Ya sabes eso de "por unas cosas o por otras no ha pasado nada" . Yo sigo queriendo que pase. 
No sé nada de ti, la verdad. No sé qué haces, si hay otra persona, si sientes algo por alguien, no lo sé.
Sólo quiero que sepas todo esto, aunque ya lo leíste algún día, el orgullo no sirve de nada, la vergüenza tampoco, y a estas alturas, ¿qué tengo que perder? 
Sólo quería que lo supieses, que me jode que de repente desaparezcas, de repente dejemos de hablar sin motivos aparentes, y comerme la cabeza pensando ¿qué he hecho mal? Es decir, si no sentías nada por mi, no importa, podíamos ser amigos, supongo que al menos yo te caía bien.
Sé que no soy una persona demasiado predecible, es más diría que todo lo contrario, sé que es difícil entenderme porque ni yo misma lo hago, todo eso ya lo se, ya lo sabemos. 
Te pido un favor: ponte en mi piel, (yo he intentado ponerme en la tuya, he desarrollado varias teorías, he llegado a miles de conclusiones imaginarias, te he dejado espacio, sabes que no me gusta ser pesada, y no me gusta molestar). Ahora imagina qué cosas deben de pasar por mi cabeza, y yo te reconozco que soy estúpida por no preguntarte a su debido tiempo, por callarme, pero el ser humano es gilipollas por naturaleza.
En fin, no exijo una respuesta, aunque no estaría mal.
Yo sigo sintiendo lo mismo que en diciembre, por mi parte nada ha cambiado.
¿Sigues sintiendo lo mismo? ¿ tienes ganas de sentir lo mismo?
Una vez tuve un "no" por respuesta, podré soportarlo una vez más si es lo que realmente sientes.
Un abrazo.

"Eres distinta a las demás, lo se desde el primer día en que hablé contigo"

Mi cabeza está vacía de silencio.
Tu nombre está grabado en cada parte de mi cuerpo, tu recuerdo en cada rincón de mi memoria.
¿Se puede perder un sentimiento? ¿Existe el olvido?
Una parte de mi quiere creer que dejarás de doler, que el tiempo borrará las huellas de lo que un día no fuimos.
He pasado largas horas reinventando tus defectos, y me he dado cuenta de que es lo que más me gustaba de ti. Que nunca intenté cambiarte, que siempre fui indecisa, que siempre fui yo.
Fue tan intenso aquello que nunca fue, una acción inacabada, una ráfaga de vida.
Jugaste a las cartas por tu reina de corazones, y ese as en la manga hizo perder la magia de aquel truco que dejó de ser un juego con la primera lágrima.
Un abrazo tuyo nunca está de más, unas buenas noches en condiciones, como las de antes, como las de siempre, nuestras, tuyas y mías, y de nadie más.
Recuerda tus propias palabras, escúchate.
Si vuelves, que sea para quedarte.

Casi rozando el cielo con la punta de sus dedos.

Ella estaba loca, y ellos por ella.
Ella dilataba sus pupilas, erizaba los pelos de su espalda, revivía las mariposas de su estómago.
Su pelo, una bandera dorada que ondea salvaje a compás con el viento.

Él no supo verla.
Él la dejó ir.
 
Si hubieran sabido que en ese andén sonaba la misma canción en cascos diferentes, que sólo había que girar la cabeza...
 
Por la mañana; un vacío en el pecho, otro en la cama.


martes, 14 de octubre de 2014

Sigues siendo la razón de mis ojeras.

Vuelve esa sensación, esa sensación que te encierra en un bucle de pensamientos, de sentimientos, esa sensación que se repite cada cierto tiempo, que nunca desaparece del todo, y que me obliga a pensarte cada día, en contra de mi voluntad consciente. Sentir que no sabes qué pasa por tu vida, ni qué pasa por tu cabeza. No saber quién eres, pero sí qué crees que quieres. No saber nada con certeza y querer saberlo todo con la prisa de la aguja que marca los segundos en un reloj antiguo.
Ir a contracorriente en contra de ti mismo, en contra de lo correcto, y destruyéndote poco a poco. La autodestrucción sabe a esperanza amarga, sólo que por lo general, el sabor amargo gana.
Es como... como intentar obligarte a ti mismo a decir adiós a algo que no quieres dejar ir, como renunciar a aquello que aprecias, es prácticamente imposible, porque sabes que es lo que se supone que debes hacer, pero no lo que quieres. Es algo que crece en tu estómago arañándote las entrañas, haciéndote sangrar por dentro, dejando llagas que tardan demasiado tiempo en curarse, heridas que se convierten en cicatriz. Si volvieses, dejaría de llorar, te perdonaría una y mil veces y me odio por ello. Es tan injusto que una sonrisa tuya cambie completamente mi mundo, mi estado de ánimo, mi forma de ver las cosas, mi forma de tomarme la vida, mis ganas de reír, mis ganas de querer, mis ganas de quererte. Es tan jodidamente irónico que una sonrisa tuya sea la razón por la que dejaría de lamentarme a oscuras, dejaría de abrazar la almohada con rabia, y dejaría de soltar esos gritos y sollozos ahogados entre lágrimas cada vez más secas. El saber que has vuelto, que estás ahí, que no estoy sola, que me apoyas, que no importa que todo sea una mierda, que estás conmigo, que no soy tonta, que somos tontos, que sólo somos dos almas que vagaban perdidas y se encontraron por casualidad en un vagón de metro, que no se atrevían a acercarse, que finalmente entablaron conversación.
Que lo corriente se convirtió en extraordinario porque eras tú, porque eras tú conmigo, haciéndome reír, animándome, devolviéndome las ganas, a secas. Que quizá no tenía nada de especial, que quizá no fuimos nada catalogado sentimentalmente, que para mí si era especial, que para mi si eramos algo por cómo me sentía.
Que me duele, me duele que todo haya acabado así, me duele que seas mi cuenta pendiente, porque eres mucho más. Me duele sentir que esto no ha terminado, me destroza, me crea falsas esperanzas y de alguna forma u otra una parte de mi sigue esperando que un día aparezcas de nuevo. El problema es que estoy cansada de esperar, y aún así no paro, no desisto, mi pecho sigue latiendo alimentándose de ilusiones que a penas sé de dónde salen.
Últimamente te pienso demasiado, con y sin alcohol de por medio, sigues siendo la razón de mis ojeras, aunque ahora por motivos distintos.

domingo, 12 de octubre de 2014

AMOR

¿Que qué es el amor?
Pretendes que de una respuesta a lo que todo el mundo pregunta.
El amor es diferente en cada persona, el amor se vive de forma diferente en cada persona.
Para mí el amor no tiene nada que ver con las relaciones, es más, todo lo contrario, el amor no entiende de normas, de rutinas, de razones, el amor no es algo que se pueda definir, no es algo que se pueda etiquetar, es algo abstracto, que se siente casi sin que uno se de cuenta.
Amor es querer estar en un parque un viernes, y ver una película la tarde de un domingo, es querer follar en la ducha y hacer el amor en la cama, amor es querer abrazos sinceros y besos fugaces.
Amor puede ser a ratos, a veces, a largo plazo.
Pero amor, es no saber responder qué es el amor.