domingo, 4 de junio de 2017

Quiero gritar

Al final no cuesta tanto despedirse de mí.
La gente lo hace mucho y a los dos días se olvida. 
Se olvidan de mis manías, de mis posturas al dormir, del lunar que tengo debajo de la teta derecha.
Joder. 
Yo lo vivo todo con la fuerza de una bala. 
Siempre insisto en coser los rotos de otros en vez de los míos propios. 
No quiero alejarme aunque dicen por ahí que es lo mejor, y yo soy un manojo de sensaciones abstractas. 
Pues eso, no quiero que te vayas. 

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