Soy una cobarde, porque siempre salgo huyendo de lo que me hace feliz. Creo que me gustan las cosas que acaban en desastre porque en el fondo no me atrevo a vivir.
Te escapaste de mis manos como un puñado de arena de playa y a veces vuelves para recordarme que estoy mejor sin ti. Y tienes razón, pero a veces te echo de menos. Eres como esa canción que nunca escucho pero que no me atrevo a borrar (porque me recuerda a ti).
Y 2500 lágrimas después ya no dueles tanto.