La primera vez que te vi fue en un concierto, concretamente en uno tuyo.
No sabía quién eras, ni de dónde, ni tu nombre, pero causaste impacto en mí con sólo pisar el escenario. Cerré los ojos cuando empezaste a cantar, y cuando quise abrirlos sentí que me estabas mirando, a mi, entre toda la multitud, dedicándome cada nota de cada canción. Así que no sé si me enamoré primero de tu música o de ti, o de la mezcla de ambas.
Sí, yo tampoco sé cómo es posible que sin conocerte de nada empezaras a gustarme, ahí subido, cumpliendo un sueño, pero fue como si ya te conociese de antes. Sentí algo extraño, algo así como ganas de vomitar aunque suene poco romántico, pero era a la vez agradable.
Te vi desnudar tu alma al ritmo de las canciones, te vi un ser imperfecto, sensible, artístico, especial. Supe que eras especial, y la verdad es que no me equivoqué.
La primera vez que hablé contigo fue en un semáforo, mientras deseaba con todas mis fuerzas que nunca llegase a ponerse en verde. Me dedicaste una sonrisa, dos besos y tres palabras: "encantado de conocerte" Y entonces el semáforo cambió de color una y otra, y otra vez, pero nosotros seguíamos inmóviles y absortos a lo que el otro contaba. Me agarraste por la cintura y empecé a temblar y agaradecer a cada segundo aquel atrevimiento tan sublime.
El semáforo volvió a cambiar de color y mientras la luna nos veía despedirnos desde lo alto de la noche, arrugaste mi camiseta con una mano, como si no quisieras soltarme, pero lo hiciste y cada uno tomó un camino diferente.
La primera vez que supe que esa sería la última vez fue esa misma noche, camino a casa en el metro cabizbaja y absorta en letras de canciones y con esa sonrisilla tonta que se fue apagando a medida que la realidad iba cobrando vida en mi. Quería más, quería mucho más, pero Madrid fue esa noche ciudad de paso y tu olor fue desapareciendo de mi pelo a medida que recorrías kilómetros con la guitarra en la mano y un par de cuadernos viejos y garabateados .
Espero que escribas sobre mí,
porque yo cumplo mis promesas
y algún día
quiero llorar con canciones
que hablen sobre magia
de imposibles y rotos
y sí
canciones que hablen de mí.